Cuando la danza se convierte en negocio
Con este artículo me voy a meter en un charco del que seguramente me voy a arrepentir... pero oye aquí que queda. Con esto no quiero enfadar a nadie pero me gustaría que reflexionásemos en qué nos gastamos el dinero y si es ético que nos lo pidan por algo.
Los bailarines de danza oriental en España y en más partes del mundo, llegan a un punto donde su escuela se les quedó pequeña y necesitan ampliar sus horizontes dancísticos. Y tenemos dos opciones, o buscar otros profesores en tu zona o irte de FESTIVALES.
Si eres alguien ajeno al mundillo del “show bussines” te sonará quizá a Rock in Rio o Tomorrowland. Aglomeraciones de gente escuchando conciertos llueva, truene o haga sol.
Pero cuando hablamos de festivales de danza, hablamos normalmente de fines de semana de aprendizaje concentrado en talleres de normalmente dos horas con grandes maestros (o no), galas y concurso por X euros. ¿Suena bien verdad? Si se lleva a cabo de una manera coherente sí, pero seamos sinceros ¿habéis intentado gestionar un evento tan grande sin tener experiencia fuera aparte de la boda de tu prima? ¡¡ES UN CAOS!!
Desde la organización tienen que, buscar un cartel atrayente y maestros que la mayoría de las veces están en el extranjero, teniéndoles que pagar y gestionar el visado, el transporte, su alojamiento, su caché (seguramente astronómico), su dieta y sus peticiones. El lugar de celebración (y lo más cómodo es un hotel), conseguir financiación y/o buscar sponsors, hacer toda la cartelería y el marketing, los diplomas, los premios del concurso, cuadrar las agendas de los profesores, atender a los asistentes, bailar y no quedarse calvo por el stress… Si aun así después de todo esto te entran ganas de organizar uno, ¡¡ÁNIMO Y FUERZA!!!
Yo de momento no me veo con la capacidad económica de hacer ese esfuerzo titánico. Pero sí os puedo contar mi experiencia como asistente (cliente) y como bailarina/profesora invitada.
No quiero nombrar ninguno en concreto, pero lo que os voy a contar seguramente os sonará a todos.
Ves en Facebook un vídeo o cartel con ese bailarín que tan lejos te queda y tantas ganas tienes de ver en directo que dices ¡VOY! Si te llega el bolsillo, puedes desplazarte y tal, te pillas el ultra mega full pack con alojamiento, comidas, talleres y entradas a las galas, y si llevas un tiempo bailando seguramente desde la organización te escribirán preguntándote ¿por qué no bailas?, ya que vas, en el open stage (pagando claro), pagar por bailar… en fin… total que bailas y allí ves que está prohibido grabar y hacer fotos ¡incluso a ti mismo! Aunque tu imagen y sus derechos sean tuyos por ley ,pero claro si te dejan grabar no pueden venderte tu vídeo a 30 pavos tus tres minutos y a diez euros cada foto (que recuerdo que ya pagaste otros 30 por bailar fuera aparte de tu ultra mega full pack). Vídeo que la mayoría de las veces no es ni profesional ni tiene varios planos “ni na de na”.
Aun así como no tienes ninguna imagen en condiciones con tu traje nuevo, lo pagas y ya pagaste unos 100 euros por bailar tres minutos, su vídeo y sus fotos.
Luego de esto casi siempre suele haber un concurso (esto da para otro libro…) y después de esto la gala nacional o gala de apertura donde bailan las alumnas de la organizadora (bien) y las bailarinas amigas de la organización que también organizan festivales y se invitan unos a otros viendo siempre a las mismas personas…gala eterna y muchísimas veces sin una variedad y nivel aceptable.
Ya pasaste la primera noche, ahora comienza la maratón de talleres temáticos y lo que más coraje me da son los talleres coreográficos donde muchos profesores no permiten grabar para recordar y donde no te corrigen nada. No sé ustedes pero yo para eso me compro su DVD. Al final de cada taller muchos profesores venden CDS con la música del taller, que si fuera música propia yo pago el CD encantada, pero uno con canciones descargadas de internet y grabadas con el reproductor de Windows media no…
Después de un día completo cambiando de profesor cada dos horas… corre que tienes media hora para ducharte y arreglarte, si bailas con muchísima suerte en la gala principal. Que la única pega que les pongo son las que tienen miles de “megances y percusiones” que duran más de dos horas, que por muy buenos que sean los bailarines llega un momento que no digieres más información. Por supuesto prohibido grabar y hacer fotos…
Y el domingo vuelve a repetir maratón de talleres donde con suerte te llevarás música nueva y alguna secuencia o técnica para practicar en casa…
Si te llaman como bailarina/profesora invitada muchas veces cambias tus horas de trabajo por talleres gratuitos, descuentos o por bailar en la gala. El problema viene cuando te dicen que puedes compartir cartel con grandes estrellas (trabajando gratis) y trayendo a x número de alumnas que paguen el ultra mega full pack… sin que te paguen ni siquiera el transporte y tus gastos.
Como conclusión os diré que me estoy cansando de pagar por bailar y pagar por todo sin aprender realmente nada y que estoy tirando más para clases privadas o formaciones profesionales.
Y os pregunto ¿realmente nos compensa bailar así? ¿Se nos fue de las manos? Yo creo que se pueden hacer las cosas bien y quizá debamos planteárnoslo seriamente.
